Dos de la tarde, panerama bárbaro. Platense en su cancha recibe a su hijo, Tigre entonado por la posibilidad abierta hace una semana cuando al gato se le escapó el campeonato frente a Los Andes. Cuatro de la tarde, no puede ser peor, Tigre le gana a Platense merecidamente en su cancha y sale campeón. Platense no supo, no pudo estar a la altura de una de las finales más esperadas de los últimos tiempos. Si ayer cantábamos "Y dale alegría a mi corazón" ahora cantamos "Volver a empezar".
Un segundo antes de comenzar el partido, objetivamente Platense tenía ventaja. Porque la diferencia anímica de lo sucedido hace una semana y la supremacía en el historial inclinaba la balanza para el lado de Platense aíun cuando el equipo deTeté Quiroz nunca jugó bien en todo el campeonato; aún cuando Platense ha dejado permanentemente dudas porque Tigre tampoco mostró mucho en los partidos que lo vimos por televisión y mucho menos en el partido previo frente a Los Andes.
Sin embargo, en los primeros movimientos se notaba nervioso al fondo de Platense, casi desde la misma jugada de arranque donde ya Sever tomaba ventaja posicional.
Como en el boxeo en el primer round, los dos tomaban las distancias para encontrar la medida del rival pero Tigre era el que punteaba con la derecha, era más amenazante y se lo veía más dispuesto a resolver el partido a como sea que a Platense que tenía que ganarlo si o si.
A los 21pt tras un error del fondo de Platense vino el primero de Tigre y allí la balanza se inclinó netamente para ese lado; la diferencia anímica dio un giro dejando a los jugadores de Platense helados y a los de Tigre templados y manejando la situación.
Y no solo en lo anímico. La táctica también le jugaba mejor a los de Caruso porque Tigre se armó bien en el fondo tomando a Bergessio con por lo menos uno y con hasta dos hombres todo el tiempo cortando la (única) explosión de definición y además tomó el mediocampo que inconebiblemente le cedió Platense: Madrid con el "5" podía trasladar su función de "enganche de fondo" pero nunca con la recuperación que debe tener un jugador en esa posición y mucho menos si nongún otro en esa línea lo suple.
El segundo que llegó a los 34pt complicaba aún más las cosas porque más lejos se estaba en el tanteador y más lejos se estaba en el campo de juego. Platense tenía nervio en el fondo, el medio no existía y adelante estaban tomados. Por el otro lado, Tigre esperaba y forzaba el error de Platense como gato agazapado para pegar el arañaso.
La imágen de cada equipo al ir a los vestuarios no cambiaría a lo largo de los 45 del segundo tiempo. Platense no logró ni siquiera encontrar la forma de cambiar la historia. Nunca ocupó lugar en el mediocampo y eso lo pagó caro. No hubo una sola situación de gol, no digo neta, al menos para soñar. El tiro al arco de Alan Sánchez en el minuto final fue, quizás, lo más cercano...
Las más de diez mil almas de Platense no lograron cambiar el alma de los once de adentro, no asomó el futbol, no asomó la mística. Tigre trajo ídeas más claras y se llevó el premio, el de ganar por primera vez en nuestra cancha y salir campeón del apertura.
Pero aún no ganaron nada, aún no perdimos nada.
El que quiera ascender, deberá ganar el apertura y el clausura, cosa que solo puede hacer ahora Tigre y si no lo logra ascenderá el ganador de una final entre los respectivos campeones de esos torneos si son distintos. ESE ES EL LUGAR QUE DEBE BUSCAR PLATENSE. Salir campeón en el clausura evitando el ascenso directo de Tigre y esperar esa final. Pero eso si, deberá encararse el partido de otra forma.
Un abrazo calamar
©Marben