El Partido desde la Tribuna
El tempranero gol de Central Córdoba a los 08pt (hace una semana Deportivo Moron nos metía el primero a los 07pt) nos agarró dormidos y esta vez no sirvió para despertarnos como pasó hace nada más que siete días.
Es cierto que Platense tuvo más la pelota pero no supo que hacer con ella. No supo tratarla. Aun con limitaciones fue suficiente para llegar cada tanto al arco charrúa. Sin embargo, tampoco eso fue suficiente porque las opciones de gol creadas -que las hubo y algunas muy concretas- no entraron ya sea por "esa mala suerte..." de un tiro en el palo por ejemplo o también por la ineficacia de los delanteros que no logran concretar. Un mal que algunos goleadores -en especial Lema- tuvieron en muchas partes del campeonato.
Esa falta de eficiencia desnudó los problemas de este equipo que muchas veces pasaron inadvertidas cuando las cosas salían bien. Es por eso que el resultado, es la consecuencia de lo que pasó en la cancha, merecido castigo por no tomar la manija cuando hay que agarrarla y también es el resultado de un proceso iniciado hace años y que aun no se logró revertir y tiene que ver con los problemas dirigenciales -tanto oficialistas como opositores- de ponerse a las alturas de las circunstancias y de las implicancias y consaecuencias del gerenciamiento y de las idas y venidas de los directores técnicos.
Solo se salvan -apenas- la subcomisión de futbol que logró armar un gran equipo y buena parte de la hinchada que sea como sea sigue a Platense a todas partes.
Ahora los números están en contra. Las matemáticas dicen que falta mucho para que termine esta fase del campeonato pero el sentido común dice que esa distancia es demasiado para resolverla máxime cuando el equipo no ha logrado una regularidad que permita creer en proyectos mayores eso muy a pesar de los buenos momentos que tuvieron en lo que va del campeonato algunas individualidades. Me refiero en especial a Sever y a Soriano.
Ahora hay que pensar en la segunda parte del campeonato. Esta la ganará alguien (¿Ferro?) y por lo tanto hay que pelear -y rezar- porque ese primero no gane la segunda parte ya que le daría un ascenso directo. Para eso, para depender más de uno que de los demás, lo mejor sería estar en la misma zona -la uno- y eso se logra en el puesto cuarto.
Hasta allí los números pero para pensar en grande, hay que onerse los pantalones largos, calzarse la mística que permite que un equipo se multiplique y gane los partidos claves. Como el de hoy, que formaba parte de una seguidilla importante que había que ganar si o si.
Pero no pasamos la prueba. Esta etapa ya no es para nosotros. Hay que prepararse para la etapa que sigue. Pero prepararse bien. Todos.
Capítulo aparte para mi buen amigo Eugene que nos visita en Buenos Aires y se dio el gusto de ver el partido (gracias NK y Ale por llevarlo). Eugene es un calamar ejemplar, un modelo de hincha, lúcido en la razón, pasional en el sentimiento calamar.
Un abrazo calamar
(c) Marben