Juan Carlos "Mono" PILLA

Soy del partido de San Martín, allí nací un 14 de diciembre. Mi familia, mis padres y una hermana menor, Miriam.

Como todo pibe, el fútbol era mi pasión, comencé en Boca Jrs. en la 9ª, pero después de una temporada, abandoné, viajaba más de lo que jugaba, 3 años de potrero y una nueva oportunidad, Excursionistas. Breve paso por inferiores y a los 17 años debuto en 1ª, fueron 8 años intensos, hasta que Juan Carlos Montaño, técnico de Almirante Brown, requiere mis servicios. Allí recuerdo un gran compañero y amigo, Pistone. También surgía un pibe goleador Daniel Pavón 5 Temporadas en Isidro Casanova y en el '76 llega la oporunidad más importante para mi carrera "El Club Atlético Platense".

Recuerdo un partido amistoso en cancha de Fíat, después del encuentro firmé mi contrato. Me costó entrar en la gente de Platense, ellos querían a otro jugador de Brown, Guerreño. Sabía que no iba a ser fácil sin embargo poco a poco me fui ganando a la hinchada con una fórmula simple, transpirar la camiseta. Don Manuel sabía de la experiencia de Osvaldo Pérez y yo, por eso nos pedía que guiáramos a los pibes.

En lo personal no quería que salga jugando, me decía: ''¿Para que arriesgar?", yo hacía caso y le daba fuerte. Con Rivero, Juárez y Gianetti me sentía respaldado, eran una muralla.

El rival más dificil: Almagro, siempre nos complicaba.

El partido más difcil: La final contra Dálrnine, ¡Huy, qué nervios!

Un dirigente: Varios, Carlos Griolli, el "Negro" Ferrari, o el presidente Schafer, estaban siempre.

Una charla: El último día de práctica tomábamos un helado en la misma heladería de San Martín, Torres, Juárez y yo.

El gol del ascenso: iINOLVIDABLE! Recuerdo el tiro libre desde la izquierda ejecutado por Ulrich. Yo tenía la orden de pararme en el segundo palo y picar hacia el primero para llevarme las marcas y detrás mío entraba Orlando que era el mejor cabeceador del equipo. Ese día estaba tan nervioso que me olvidé de picar y me quede clavado en el segundo palo. La pelota me cayó justa y le metí el fientazo al palo más cerca. Entré, y salí hacia el alambrado, me quería abrazar con todos, busqué con la mirada a mi mujer que estaba en la platea con la nena, me abracé con cada compañero y sentí tocar el cielo con las manos, una emoción sin igual.

Platense: Lo máximo, la alegría más grande.

Oscar Tineo.