El Partido desde la Tribuna
Se jugaba el campeonato hexagonal entre Platense junto a Almagro, Lanus, Tigre, Los Andes y Villa Dálmine. Solo ascendía uno y Platense trenía que ganar al mismo tiempo que Almagro le tenía que ganar a Lanús (que ascendió en el siguiente ascenso). En la cancha de Velez, con la radio en la oreja, sucedió el milagro.
El gol lo hizo Pilla a los 14' del segundo tiempo.
Video del gol
Comentario de la Revista Codex Deportiva
Una vieja y gloriosa institución, el C.A.PLATENSE, retorna al círculo privilegiado del futbol argentino. Tras una ardorosa campaña, tras vencer el encuentro final a Villa Dálmine mientras su principal oponente Lanúa caía ante Almagro, los famosos "calamares" de Nuñez alcanzaron la meta soñada: CAMPEONES DE PRIMERA DIVISION "B"- 1976.
La hazaña les permitirá ahora participar del Campeonato Nacional o sea que cristaliza brillantemente un esfuerzo magnífico destinado, precisamente, a que reverdecieran los laureles que Platense supo lucir como un alto exponente del futbol nacional.
Un equipo aguerrido, que no dio ni pidió jamás tregua, hizo posible el hallazgo. Como respaldo a esa campaña una hinchada realmente seguidora les acompañó siempre, premisa que seguramente seguirá teniendo vigencia durante el Nacional y sus futuras campañas.
Mientras tanto, entre dos bravos conjuntos, representantes de instituciones también señeras, como lo son Almagro y Lanús, protagonizaron en el tramo de la definición final un partido verdaderamente "no apto para cardíacos". El triunfo de los almagrenses privó a los "granates" de una conquista consagratoria pues, hasta ese instante, no solo era el puntero sino lo que parecía un candidato de "fierro" para el ascenso a primera división.
La primera "B" pone ahora nuevamente en ronda otro apasionante campeonato desde donde saldró quien acompaña a Platense a primera "A". Ello de por sí llama al interés público y no estará lejos la jornada en que para vitorear a otro ganador del ascenso, se vivan las escenas de júbilo que enmarcaron la hazaña de los "calamares".
El festejo
UNA NOCHE MARRON CALAMAR
Comentario de la Revista Codex Deportiva
La fiesta para muchos, debía tener su epicentro en el viejo "gasómetro" de Avenida La Plata. Por ese raro sortilegio del futbol, se trasladó a Liniers.
Otra postergación de Lanús; la tercera consecutiva y una vez más queda demostrado que, en fútbol, nunca está dicha la última palabra. Las posibilidades se juegan en la cancha y terminan con el tiempo reglamentario.
Así lo entendió Platense, una institución con historia que nace exactamente un 25 de mayo de 1905, en la Recoleta. Desde entonces al presente, muchas fueron las alegrías y también los sinsabores.
Bregando desde 1971 para ascender a primera, se le dio casi sin pensarlo la noche del 13 de julio de 1976.
Fue el estadio "José Amalfitani" el testigo de toda la algarabía "calamar". De la tribuna se trasladó al vestuario, donde los cánticos, los ojos y los gestos lo decían todo... "¡Vaya... vaya con el marrón... a todas partes vaya con el marrón...!" Con ese coro atronador, nacido en la improvisación inagotable del hincha tribunero, se descargaba toda la atensión acumulada a lo largo de un campeonato. Platense tuvo fe y llegó. Atrás quedaron un rosario de vicisitudes. Dirigentes, jugadores y simpatizantes participaban de una noche inolvidable. EL fervor de la conquista se desparramó por las calles de Buenos Aires en una noche fría pero de corazones y palmas calientes.
Banderas, banderines, gallardetes y todo aquello que sirviera para manifestar la algarabía "marrón", se aunaron para encolumnarse y desembocar en el festejo final que tuvo como sede el predio de Vicente López.
Allí, a la vera de la Avenida general Paz, fueron llegando adictos "calamares" desde todas partes. No importaba la hora, muy cercana ya al nuevo día. Había que estar, manifestarle a once gladiadores todo el reconocimiento por la misión cumplida.
A media luz y con el resplandor de la Luna, el complejo en marcha en Vicente López fue el recinto que presenció, entre lágrimas y vítores, la reiteración de la clásica vuelta olímpica. A ella se sumaron todos, inclusive los jugadores.
Para muchos, aquello todavía no era realidad. Poco a poco la calma renacía. En los rostros la satisfacción de la meta lograda... ¡PLATENSE CAMPEON!
Así, con la similitud de una tormenta tropical, los festejos llegaron y se fueron. Por delante, un porvenir que compromete al recién ascendido a duplicar esfuerzos. El confrontar con los grandes y estar en los anaqueles de la gran vidriera representa para Platense un sin fin de compromisos: entre ellos mantener la fe y la entereza que lo caracterizó a lo largo del torneo.
Vayan estas palabras finales hacia los gallardos equipos que estuvieron en la porfía del primer puesto: Lanús y Almagro.
Ambos pusieron todo de sí para salir adelante. El que en las estadísticcas tenía las mejores posibilidades, quedó en el camino merced a una laborencomiable expuesta por la escuadra de José Ingenieros.
Allí queda demostrado que el futbol, siempre tiene reservada una sorpresa a la vuelta del camino. Nos imaginamos e inclusive palpamos estados emocionales diferentes. Por un lado la alegría de una conquista; por el otro, la tristeza con todos sus matices.
Todo este contexto hace a una sola cosa... la pasión de las pasiones: "EL FUTBOL".