Jugadores que Hicieron Historia

Rubén "el Marqués" Sosa

Notas


Falleció el ex futbolista de Racing, Rubén Sosa (de Impulso Baires)

Capital Federal - El ex futbolista de Racing falleció este sábado a los 71 años, a causa de una diabetes que fue minando progresivamente su salud. El ídolo fue bautizado por el también extinto periodista Bernardo Neustaudt, como "Marqués", por su fino juego y su espléndido cabezazo.

Actuó en la entidad de Avellaneda a fines de los ’50 y principios de los ’60 e integró los planteles que se consagraron campeones en 1958 y 1961. Más tarde, a fines de los ’60 revistó en Flandria, ya en el ascenso, confirmó esta noche la agencia de noticias Télam. 

Sosa se erigió en una de las principales sino la más destacada figura del seleccionado argentino en el Sudamericano 1959, celebrado en el mes de marzo, en Buenos Aires. 

El ’Marqués’ se había iniciado en las inferiores de Platense, aunque sus primeros pasos en el "baby futbol" los dio en el club El Tábano, ubicado en la barriada porteña de Coghlan. 

En ese mismo escenario trabó amistad con otro dos ídolos "calamares": el ex arquero Julio Cozzi y el inolvidable cantor de tangos, Roberto ’Polaco’ Goyeneche.

Murió un ídolo: el Marqués Rubén Sosa (del Diario Clarín)

No era una casualidad su apodo: a Rubén Héctor Sosa le decían Marqués porque parecía un integrante de la realeza volcado al campo de juego. Fino, elegante, con la cara joven de niño bueno. Fue un talento de los grandes en la historia del fútbol argentino. Apareció en Platense, se consagró en Racing y luego trasladó su condición de delantero-armador-goleador al seleccionado. Ayer, a consecuencia de un problema de salud derivado de una diabetes, Sosa falleció a los 71 años. No habrá velorio, pero sí una misa hoy a las 9 en el cementerio de Olivos. Dejó de este lado su impronta de crack y el inmenso recuerdo de su gloria.

Tenía la técnica de un consagrado incluso desde los días en que su fútbol comenzó a exhibirse en la vieja cancha de Crámer y Manuela Pedraza, allí donde su Platense se hacía gigante frecuentemente.

Después llegaría lo mejor, lo inolvidable. A los 22 años comenzó su recorrido de maravillas con la camiseta de Racing. Era un goleador notable, pero también un jugador estupendo y un gran cabeceador. No lo conformaban sus virtudes para aparecer en el área; Sosa siempre ofrecía más, arrancando desde atrás en posición de número diez, sobre la izquierda.

Fue parte de un Racing que era orgullo y Academia: entre 1958 y 1964, disputó 151 partidos y convirtió 82 goles. Fue el máximo anotador del equipo en 1959, 1960 y 1962; y participó activamente en los planteles campeones de 1958 y de 1961. En cada uno de esos títulos aportó once goles.

En aquel tiempo feliz en Avellaneda integró delanteras sin olvido. Lógico: lo rodeaban estrellas y juntos armaban constelaciones de ataque. Con él jugaban, por ejemplo, Oreste Corbatta, Juan José Pizzuti, Pedro Mansilla y Rubén Belén.

El paso a la Selección resultó, claro, un camino inevitable: disputó 18 encuentros y metió 11 tantos. Participó de dos Sudamericanos (en el de Buenos Aires, en 1959, fue una de las figuras del torneo) y del Mundial de Chile, en 1962.

Dos años después de ese último título, se fracturó la tibia y el peroné, una lesión de la que pocos salían entonces. Se fue a jugar al fútbol uruguayo. Se esperaba poco de él. Pero Sosa, otra vez, volvió a ser el impecable Marqués. Se destacó en Cerro y luego, en Nacional. Y tras un breve paso por la liga de los Estados Unidos, regresó en 1968 para actuar en Flandria. Lo impulsaba algo más que su vocación de futbolista: allí estaba jugando Mansilla, su ídolo, su amigo.

Era un hombre de barrio, un amigo de la cultura tanguera. Dio sus primeros pasos en el fútbol y en la vida en El Tábano, un módico y encantador club de Coghlan, que solían frecuentar Julio Cozzi --aquel extraordinario arquero de Platense-- y Roberto Goyeneche, el memorable Polaco. Un espacio de pertenencia, tal vez un lugar en su mundo.

"No hay trabajo para mí. Apenas recibo una pensión de Agremiados. Soy diabético y me dan un sueldito, cobro todos los meses. Vengo al club, visito amigos y va pasando el tiempo, hasta que llegue la hora final y tenga que ir a visitar a otra gente, a otro lado", le contó a Olé en 2000, sentado en una silla de El Tábano. Ya estaba enfermo. Partió ayer tal vez sin la certeza de que jamás será olvidado. Ahora estará visitando a otros cracks. En otros bares.

De LK en la Lista de Correo Calamar:

Esta es una de las mayores penas de este año. Para mis ojos fue uno de los grandes jugadores de esa época. En Platense le vi hacer una jugada IMPOSIBLE: Entró desde el centro al área contraria pero inclinado hacia la derecha. Llegó a la raya del fondo y allí recibió un pase-centro LO VI DARSE VUELTA EN EL AIRE Y CABECEAR HACIA EL CENTRO DEL AREA donde entró (ya no me acuerdo quien) para meter un gol inolvidable. Todo esto con esa elegancia imposible de aquel que sabe lo que hace y sabe como darle el toque genial.

Para mi siempre fue Ruben Sosa (el Marqués). Recuerdo que esa enfermedad le impidió estar en la fiesta del centenario. Alejandro sabe mucho sobre él. 

De HAS en la Lista de Correo Calamar:

El y Subiat los dos mas grandes cabeceadores del fútbol argentino QUE YO VI.
Ellos no le ponían el frentazo, le pegaban con ambos parietales y la ponían donde y como querían.

Lamentablemente a los chicos de ahora, tenemos que aventajarlos en estas cosas, hoy no se ven estos tipos y mucho menos en Platense.

Mi recuerdo, cancha de Chacarita un golazo desde afuera del área pero de PALOMITA...

Chau...Maestro.


 

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Lunes 15-Sep-2008 11:49 AM