La lágrima cantada
de
Victoria Mariel De Masi
Che, Polaco,
te dibujo en palabras de bohemia porteña,
dibujo tus pájaros remontados como barriletes
a viva voz.
Prendido al alambrado del tango,
asomas tu nariz al césped,
y el gol calamar se tiñe
impostando esa, tu propia playa vocal.
Polaco,
tu fraseo desmedido
que desafía el ritmo, el tiempo.
Tu tribuna, Polaquito,
extraña ese hilo de voz en la canción,
tu melodía cansada, tu dramatismo: la lágrima cantada.
Extraña, la Hesperidina eterna, que late,
borracha, en nuestros corazones.