El Partido desde la Tribuna
Se ve que a Caruso Lombardi le gusta armar el equipo de atrás para adelante. La linea de fondo se armó bien durante todo el partido y si bien Central Córdoba atacaba con muchos jugadores -gruto de una rápida recuperación en el mediocampo- nunca llegó a inquietra a Campi.
En el medio y adelante la historia es otra. El mediocampo resintió la ausencia de Maisterra y no llegaba a compensar la sobrepoblación de la zona que propusieron los rosarino.
Así, la pelota nunca llegaba limpia a los puntas ni a los volantes que subían y por el medio no había imaginación.
Salvo algunos accidentes incluyendo un gol anulado a Platense por un offside dudoso, los arcos no sufrieron sustos ya que ni uno ni otro contaron con la imaginación suficiente, ni la habilidad, ni la táctica como para hacer algo más que el 0a 0.
Para Central Córdoba, un puntito de visitante en la capital (casi) no está mal y se fue festejando.
En Platense las dudas de la hinchada, las dudas del técnico y las dudas sobre el futuro ya que de esta forma (sin arriesgar), es casi imposible pensar en un ascenso. Apenas alcanza para soñar con el petit torneo.
El técnico no puede ser fusible a la 7ma fecha de lo que no hicieron un montón de técnicos y dirigentes en muchos años. Los equipos se arman, si señor, de atrás para adelante y eso es un proceso que lleva tiempo. Y eso es lo que está haciendo Caruso Lombardi con los jugadores que le dieron. Pedirle a Caruso que esté primero cómodo con un plantel que tiene lo mejor que se consiguió sin poner casi ni un peso y de presupuesto acotado es no darse cuenta de donde uno está parado.
Un capítulo aparte para los energúmenos que son capaces de salir con sangre en la nariz o encajarle un cabezazo a otro. En la platea, entre tanta (injustificada) puteada al técnico, hubo algún cabezazo que no hace más que confirmar que la estupidez humana no tiene límites. No se explica la actitud del que dio el cabezazo ni la de la víctima que se esparció la sangre de la nariz por toda la cara para aparentar más.
A la salida, se veía también a gente de la hinchada pidiendo la renuncia del técnico. El clima era muy espeso...
Un abrazo calamar
Marben